Prácticamente, me he leído la novela de un tirón. En medio de este erial de la lectura, en donde no abunda la calidad literaria, en esta novela, sí que podemos encontrar una preocupación por la forma en la que se transmite una historia. El tema, de partida, es interesante: los primeros años de ETA y su caldo de cultivo, que dan para debatir y reflexionar. Pero una novela, que además tenga un trasfondo histórico, debe ser algo más y eso es
Años lentos de Fernando Aramburu. Dos narradores se reparten el relato de la historia; un narrador, que fue testigo de niño de lo relatado, que escribe al escritor para contarle los hechos; y el escritor que en sus apuntes nos matiza la historia y hace un poco de metaliteratura. Los personajes son rotundos: Maripuy, una navarra con carácter que ostenta todo el poder de la casa. Vicente, un hombre de poco carácter sin tiempo para la vida sólo para el trabajo y la taberna. Detrás todo un país y sus circunstancias históricas. Ya seguiré.
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